Francisco de asis y la ecologia by José Antonio Merino

autor:José Antonio Merino
La lengua: spa
Format: epub
editor: PPC Editorial
publicado: 2014-01-13T16:00:00+00:00

d) Visión arquitectónica del pensamiento ecológico buenaventuriano

La cosmovisión buenaventuriana se basa en la filosofía ejemplarista, que consiste en subrayar la semejanza y relación que se dan entre las criaturas y el Creador. Dios, que es amor y sumo bien, es diffusivum sui, es expansivo y comunicativo a través de su dinamismo creador. Siendo Dios la infinita bondad, comunica esa bondad que se convierte en la causa fontal de todos los seres. De tal modo que la misma estructura cósmica lleva en sí esa impronta de comunicación y la exigencia de expresión de que toda la creación refleja su origen, su estructura y su finalidad38.

La estructura profunda del ser creado denota tres verdades fundamentales: originación o ser recibido, intimidad o ser en sí mismo y comunicación o estar en comunión. Es decir, toda la realidad creada es dependiente, es consistente y es referente, de tal modo que el universo es una sintaxis óntica en donde se entremezclan y se manifiestan la unión, la semejanza y la relación.

Dios ha creado este mundo en el que está presente, puesto que todos los seres sensibles y visibles son expresiones de las invisibles ideas divinas, que han servido de modelo. El Creador ha dejado su rastro en las cosas y en los demás seres creados. Todos ello son sombra, o vestigio, o imagen de Dios. Pero esta semejanza, clara o confusa, lejana o cercana de lo divino, no es una categoría poética ni una metáfora, sino el carné de identidad y su modo de ser y de estar en el mundo.

El mundo entero es un libro en el que está impresa la Trinidad creadora con caracteres legibles39. La semejanza expresiva40 de las ideas divinas fundamenta una filosofía de la expresión que contiene verdades ideales, que distan de las verdades empíricas de la epistemología moderna y son incomprensibles para la mentalidad positivista y mecanicista.

El discurso científico actual, basado en el conocimiento empírico y experimental, difícilmente puede comprender la verdad expresiva de las metáforas de las cosas tal y como las presenta Buenaventura. Pero solo superando la visión empírica se alcanzará el sentido auténtico de la existencia del hombre y el valor profundo y significativo de la naturaleza.

Si cada ser es palabra (logos impreso), debe ser también memoria (recuerdo de su autor), como asimismo comunión y vinculación (todos pertenecen a la misma estirpe), y es celebración (porque expresa la gloria divina). Ahí reside la inspiración buenaventuriana en el Cántico del hermano sol de Francisco y su fundamentación doctrinal.

El puro idealismo, pues, es una desconsideración hacia la realidad. Y el puro positivismo es falta de visión de esa misma realidad. La visión buenaventuriana es un realismo-simbólico-participativo, que, al mismo tiempo que revaloriza lo concreto, lo hace lenguaje y lo relaciona con la totalidad del ser.

El mensaje buenaventuriano, en relación con la naturaleza y con los seres que hay en ella, exige un comportamiento humano y una actitud existencial de respeto, de comunión y de confraternización con todos ellos, porque se apoya y se fundamenta en una filosofía del amor, que lleva más que a conocer las cosas a un saber vivir con ellas.

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